- Juan Pablo Alvarado García
La investigación forense en un accidente de tránsito
A lo largo de la última década, los percances de tránsito con víctimas fatales constituyen una causa importante de muertes y lesiones en nuestro país. La mayoría de las muertes violentas en carretera corresponde a jóvenes menores de 30 años y a motociclistas.

Han pasado seis años desde que ocurrió uno de los accidentes de tránsito que más han conmocionado al país. El 20 de octubre de 2016, la llamada vuelta “el codo del Diablo”, carretera hacia la catarata de La Paz, en Cinchona de Alajuela, fue testigo silencioso de una tragedia que involucró a 30 jubilados de la Universidad Nacional (UNA), quienes ese día se dirigían a un convivio en la Reserva Indígena Maleku, en Guatuso de San Carlos.

La tragedia sobrevino poco después de las nueve de la mañana cuando el autobús en que viajaban presentó una falla mecánica y producto de ella se precipitó a un guindo de más de 25 metros.
En el lugar fallecieron 12 personas, y en los días posteriores dos más. Otra persona meses después, para un total de 15 fallecidos.
El informe pericial realizado por la Sección de Ingeniería Forense del Departamento de Ciencias Forenses (DCF) del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), señaló que el sistema de frenos del vehículo sufrió un recalentamiento de las fibras que llevó al desvanecimiento o deficiencia de dicho sistema, lo cual llevó a la pérdida del control del bus por la imposibilidad de poder reducir la velocidad o detener el autobús por medio del sistema de frenos.
En junio del 2022 el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, manifestó: “Los accidentes en las carreteras son una epidemia silenciosa y ambulante”.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde la invención del automóvil han perecido en carreteras más de 50 millones de personas en el mundo, un número superior a las víctimas mortales de la Primera Guerra Mundial o de algunas de las peores epidemias.
Datos del Informe “Global Status Reporto On Road Safety” de la OMS elaborado en 2018, señalan que alrededor de 1.3 millones de personas fallecen por año al verse involucradas en un hecho de tránsito, y entre 20 y 50 millones resultan heridas, incluso con afectaciones discapacitantes.
El caso de Costa Rica
Los accidentes de tránsito terrestres en Costa Rica se han convertido en un serio problema de salud pública, produciendo como lamentables resultados gran cantidad de lesiones graves temporales y permanentes, así como muertes de personas de todas las edades. (Ramirez, J. 2013)
Las consecuencias de estos accidentes afectan no sólo a quien lo sufre, sino a sus familiares y entorno laboral, lo anterior derivado del tratamiento, rehabilitación o los gastos económicos; asimismo implica un costo para los sistemas de salud según la magnitud de las lesiones, afectando a su vez a la economía del país.
Los altos índices de accidentalidad se enfocan constantemente hacia la conducción bajo los efectos del alcohol, pero existen otros factores como la imprudencia, desconocimiento de las reglas, la capacitación adecuada, el desarrollo de las tecnologías en nueva movilidad, la potencia de los vehículos, entre muchos otros aspectos que también son causantes de accidentes viales, es por ello que se considera un problema de salud pública, pues también se enfoca en la educación de cada persona.
Costa Rica no escapa de la gran problemática en las carreteras, cada día los accidentes viales se hacen más frecuentes.
Otro suceso que enlutó al país se dio la madrugada del domingo 29 de enero del 2017, Lucía, Lenín, Pablo y Mario salieron en bicicleta con dirección Curridabat – Cartago, sobre la carretera vieja de Tres Ríos.
El plan era ver el amanecer en las faldas del volcán Irazú en Cartago. Sin embargo, un vehículo los embistió mientras viajaba a exceso de velocidad y posteriormente se dio a la fuga. Los tres hombres fallecieron en el lugar, mientras que Lucía luchó por su vida en un hospital durante dos meses.

En la escena se encontraron varias de las partes de un automotor de color negro, así como muchos restos de vidrios.
El carro que participó en el accidente fue localizado horas después en un condominio ubicado en Curridabat y el principal sospechoso se entregó a las autoridades.
En el análisis elaborado por el Ing. José Peraza Álvarez de la Unidad de Accidentología de la Sección de Ingeniería Forense se detalló que los daños que presentaba el carro tenían relación con el atropello, así como la dinámica de los hechos y la posición en que viajaban los ciclistas antes de ser embestidos.
En el dictamen pericial se realizaron bosquejos de la temática del accidente, se establecieron los puntos de colisión, la secuencia de cómo se movilizaban los ciclistas y se detalló los daños que presentaba la carrocería del vehículo y las bicicletas.

Peraza recuerda: “a raíz del croquis de la policía de tránsito, la secuencia fotográfica del sitio del suceso aportada por los compañeros de investigación, las pruebas físicas decomisadas (carro y bicicletas) y las mediciones perimetrales realizadas, se pudo generar un modelo en tres dimensiones (3D) de las posiciones establecidas de las bicicletas y el automóvil al momento del accidente”.

Además, la dinámica del informe estuvo sustentado en los resultados de los análisis físicos – matemáticos a los que fueron sometidos los indicios ubicados en la escena, así como las deformaciones en los vehículos involucrados.
También, se realizó un levantamiento topográfico del lugar de los hechos, para la elaboración de un plano en modelo tridimensional del escenario a escala, y de acuerdo con los indicios fijados por personal de la Sección de Inspecciones Oculares y Recolección de Indicios (SIORI) del Departamento de Investigaciones Criminales (DICR), del día de los hechos, fue posible establecer la posible zona y forma de circulación al momento antes de las colisiones, como el lugar exacto donde se produjo el impacto tras considerar las fricciones sobre el borde de caño, las abolladuras por impacto de objeto duro en un colector para reciclaje y la posición final de uno de los aros de la bicicleta.

En dicho informe se detalló que las cuatro personas viajaban en posición de bloque por el carril externo por las inmediaciones del supermercado Walmart, siendo la bicicleta en la que viajaba Lucia, la primera en ser colisionada y proyectada hacia la tapa de motor y parabrisas, posteriormente fueron impactadas dos de las bicicletas con los costados del vehículo, y respecto a la cuarta bicicleta, no fue posible ubicar daños en el automóvil con los cuales asociar su colisión, ni la forma como fue proyectada. Asimismo, se llevó a cabo un análisis a las prendas de vestir que usaban las víctimas y se pudo constatar por medio del estudio de reflectividad ante una fuente de luz, que solamente una camiseta de color rojo con negro que pertenecía a Lenin contaba con un "ribete" en la parte trasera inferior que reflectaba la luz.
Por último, en el informe no se pudo establecer una dinámica concluyente, de quien conducía cada una de las bicicletas, con excepción de Lucia debido a que las heridas que presentaba en una de sus piernas coincidían con el golpe que tenía el parabrisas de automotor.
Otro dato relacionado con los accidentes en nuestro país, fue un informe emitido por la Universidad Hispanoamericana (UH) en el 2022 donde se reveló que en los últimos 32 años más de 20 mil personas fallecieron en accidentes de tránsito, esto con base a datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC), el Instituto Nacional de Seguros (INS) y el Consejo de Seguridad Vial (Cosevi).
Las cifras del Cosevi, en la “Estadísticas de muertes en sitio provisionales en accidentes de tránsito 2022” el número de decesos el año anterior fue de 485 personas y los jóvenes entre 20 a 30 años son los mayores afectados por esta causa y más de la mitad de los decesos en carretera, las víctimas viajaban en una motocicleta.
Por su parte, el INS reveló que durante el 2021 se atendieron 31.485 personas involucradas en un percance en carretera, lo que representa un aproximado de 100 personas diarias.
Accidentología en la reconstrucción
Generalmente, los accidentes de tránsito son atribuidos al factor humano y se señala al conductor o al peatón como causante. Este enfoque tradicional es bastante subjetivo, ya que hay detalles que pueden contribuir para que, al transitar los vehículos por cualquier tramo o punto de una vía, el riesgo de siniestro sea mayor. Entre estos, se pueden mencionar irregularidades en la superficie de rodamiento, inadecuada rugosidad en ésta, mala iluminación de la vía, obstáculos en la calzada, ancho de los carriles, ausencia de espaldones, falta de una buena señalización, bombeo insuficiente, drenajes mal dispuestos, pendiente de la vía, condiciones climáticas de la zona, etc. (Matamoros, G. 2000)
Los informes de reconstrucción de accidente de tránsito se constituyen como una herramienta técnica y científica en los procesos penales, civiles y administrativos. Es un instrumento auxiliar de la justicia en los procesos, tanto penales como administrativos y civiles, la prueba técnica pericial se presenta como la herramienta elaborada por una persona idónea en esta rama o ciencia mediante un procedimiento completamente sustentable y objetivo, en apoya a la administración de justicia en el esclarecimiento de los hechos investigados o motivo de debate.

Se debe considerar un accidente de tránsito como un evento imprevisto, el cual se produce involuntariamente, en el que ocurren daños materiales y humanos, donde interviene uno o varios vehículos; puede ocurrir en cualquier momento o circunstancia y a cualquier conductor. (Ruiz, J.)
“La investigación de un accidente de tránsito tiene como objetivo determinar la posible causa del incidente para que pueda ser contrastada con las declaraciones de las partes y testigos para determinar la responsabilidad del caso. Fundamenta sus resultados y conclusiones en la evidencia física encontrada en la escena, los testimonios de las partes, la inspección de vehículos y las pericias auxiliares como la determinación de la velocidad”, señaló, Cristian Luna Gómez, jefe de Unidad de la Sección Delitos Contra la Integridad Física y Tránsito.
Por su parte Luis Rolando Amores Cambronero, perito judicial de la Unidad de Accidentología de la Sección de Ingeniería Forense, mencionó: “Los accidentes pueden ocurrir debido a las condiciones del camino, factores ambientales, fallas mecánicas y factores humanos. Todos los factores analizados anteriormente permiten un análisis completo de los hechos de tránsito”.

La formación de especialistas en el campo de la accidentología forense debe orientarse hacia el análisis estructural de vehículos, diseño de vías, análisis de fuerzas y vectores, análisis del terreno, inspección y atención al lugar del siniestro.
Según explicó el perito judicial, para documentar un evento es fundamental la fijación fotográfica. En un accidente de tránsito, es necesario tomar una foto panorámica de la escena para describir el lugar donde ocurrió el incidente, así como el señalamiento vial, puntos de referencia, vehículos involucrados e instrucciones correspondientes. Además, se deben tomar fotografías de primer plano que permiten una visión más detallada de los vehículos y personas involucradas, además de las pruebas producidas en el accidente.
Posteriormente se debe realizar un croquis donde se fije, gráfica y literalmente el sitio. No requiere una precisión milimétrica, ni mucho menos indicar una escala numérica, eso sí los elementos en él contenidos deben guardar una relación lógica de dimensión entre ellos; esto es un aspecto medular en el análisis de la dinámica del accidente, ya que permite establecer, sentidos de circulación antes y después del impacto, zona de impacto, demarcación vial, entre otros.

También se debe indicar y describir todos los obstáculos en el terreno, vallas divisorias, islas, reductores de velocidad, defectos en la carretera y todo elemento ajeno a la vía que impida la normal circulación de los vehículos y peatones. Además, las condiciones climatológicas y topográficas, deben ser registradas con detalle, indicar si existe lluvia, niebla, si es de día o noche, etc.; las condiciones topográficas, las cuales deben ser incluidas en el croquis del sitio. Se debe registrar el tipo y la cantidad de vegetación existente en la zona y sobre todo identificar si esta afecta la visibilidad de los conductores.
“Es necesario, mediante la fijación del sitio del suceso, medir correctamente la huella de frenado, utilizando algunos de los instrumentos de medición recomendados, y registrándolo en un formulario de trabajo o acta de levantamiento”, aseguró el ingeniero Amores.
Los peritos en accidentología forense deben distinguir entre los diversos tipos de huellas para colegir cómo realmente ocurrieron los hechos.
Tipo de huella | Definición |
Huella de frenado | Se trata de una huella oscura, que presenta estrías longitudinales en la misma dirección de la huella (estas estrías se deben a las ranuras del dibujo del neumático). Su ancho coincide con el del contacto del neumático con el piso. Comienza con una marcación suave, y va oscureciéndose. |
Huella de aceleración | Son similares a las anteriores, con la diferencia de que comienzan oscuras y luego se van aclarando hasta desaparecer. También poseen estrías longitudinales y su ancho coincide con el del neumático. Habitualmente son muy cortas. |
Huella de rodadura | Normalmente se produce sobre material suelto (arena, tierra) o sobre césped. En los primeros casos, se “imprime” el dibujo de la rueda sobre el material suelto. En el césped, este queda aplastado, pero no arrancado. |
Huella de derrape | Presenta la particularidad de que las estrías no siguen el sentido longitudinal de la huella. Su ancho puede ser mayor, igual o menor que el ancho del neumático. Pone en evidencia que el sentido de desplazamiento del vehículo no coincide con el eje longitudinal de las ruedas. |

Esta especialidad relativa a los accidentes de tránsito contempla diferentes elementos de análisis, tales como la velocidad de circulación del vehículo, el tiempo y la distancia del frenado y la reacción del conductor.
En los accidentes de tránsito se presentan tres fases: la de percepción, la de decisión y la de conflicto. Estas fases contienen un desarrollo teórico muy importante en las investigaciones por accidentes de tránsito. (Ruiz, J.)
a) Fase de percepción
Percepción posible: Es considerada de tipo objetivo, ya que está relacionada con el diseño geométrico de la carretera, donde se considera las distancias de visibilidad, de parada, de frenado, etc.; de acuerdo a la posición del vehículo, el conductor está en condiciones de percibir o darse cuenta de la situación o ubicación de otro vehículo o cuerpo en la vía.
Percepción real: Esta percepción es de tipo subjetivo; es el momento en que efectivamente la persona está consciente de que está a un instante de tener un accidente. Se dice que es de tipo subjetivo, ya que está condicionada por las capacidades físicas y psicológicas del conductor.
b) Fase de decisión
Punto de decisión: Es el instante en que el conductor toma una decisión para evitar el accidente. Se produce seguidamente de la percepción real y tiene una duración de un segundo en condiciones normales del conductor, sin limitaciones físicas, psicológicas, efectos del alcohol o drogas.
Área de maniobra: Es el recorrido que hace el vehículo desde el punto de decisión hasta el punto de colisión, si se produce este, y está definida según el tipo de acción evasiva que realiza la persona para evitar el suceso.
c) Fase de conflicto
Zona de conflicto: Es aquella en donde se hace contacto con otro vehículo, persona u objeto. Normalmente en los accidentes de tránsito se puede establecer una zona, no así un punto exacto. Para ello, se requiere contar con indicios que lo permitan, como en el caso de vehículo que acumula tierra en su guardabarros, y al momento del impacto este material cae a la carretera.
Posición final: Es aquella en donde quedan inmóviles los vehículos luego de los hechos.

Durante el 2022 la Sección de Ingeniería Forense recibió un total de 1209 solicitudes de análisis periciales, de las cuales 400 correspondieron a un informe de la Unidad de Accidentología (un 33% del total de solicitudes).
“En los accidentes de tráfico, los peatones y los conductores tienen diversos grados de responsabilidad debido a la falta de habilidad, negligencia e imprudencia de uno u otro lado, o debido al clima, terreno, limitaciones físicas y emocionales. Así, al igual que el resto de departamentos que componen el DCF, el departamento de ingeniería forense es en muchos casos crucial para esclarecerlos, por lo que se deben tener en cuenta todos estos factores para poder sacar conclusiones válidas y lo más cercanas a la realidad”, enfatizó el jefe de unidad de la Sección Delitos Contra la Integridad Física y Tránsito.
Bibliografía
Matamoros, G. (2000). ELEMENTOS QUE PARTICIPAN EN LA INCIDENCIA DE ACCIDENTES DE TRANSITO. San José, Costa Rica.
Ramírez, J. (2000). ACCIDENTES DE TRÁNSITO TERRESTRES. Obtenido de SCIELO: https://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1409-00152013000200009
Organización Panamericana de la Salud. Estado de la seguridad vial en la Región de las Américas. Washington, D.C.: OPS; 2019.
OMS (2018), The Global Status Report on Road Safety, Organización Mundial de Salud, https://www.who.int/publications-detail/global-status-report-on-road-safety-2018.
Ruiz, J. RECONSTRUCCIÓN DE HECHOS DE TRÁNSITO. San Joaquín de Flores, Heredia, Costa Rica.
Rodríguez, I. (17 de agosto del 2022). Por cada mujer, fallecieron 5,6 hombres en accidentes de tránsito de últimos cinco años. La Nación. https://www.nacion.com/ciencia/salud/por-cada-mujer-fallecieron-56-hombres-en/7U3ICGFDOFHX7C5RHVZZAW347U/story/