- Juan Pablo Alvarado García
Caso Burgos: los celos que llevaron al femicidio
Luis Fernando Burgos Barboza, en su momento fue catalogado por la opinión pública como uno de los mejores defensores del país, era una persona seria y estudiosa, que saltó a la fama en los medios de comunicación por lograr la absolutoria del ex Fiscal General Carlos Arias Muñoz y también defender en un juicio y demostrar la inocencia del exjefe policial de la Delegación Regional de San Carlos, Fernando Sánchez Chacón, por un homicidio durante un simulacro.
Conozca más sobre este caso en el podcast "Historia de un femicidio: el caso de Mauren Hidalgo Mora" en es segundo episodio de Expediente Cero 43: https://open.spotify.com/episode/1zlOALVmASrooHya24jRBn?si=CQ7Mm8bVQ26RP1KxCd7Pjg

El domingo 16 de julio del 2006, un vecino de Atenas, Alajuela de apellido Sánchez, viajaba en bicicleta hacia su trabajo a eso de las 6:40 de la mañana, cuando el vuelo de zopilotes, un olor extraño y la curiosidad hicieron que se detuviera.
Puso a un lado la bicicleta y bajó al barranco. Desde arriba, podía observar un bulto, pero no podía distinguir qué era.
Allí fue donde hizo el terrible descubrimiento: el cadáver de una mujer entre la maleza, muy cerca del tráfico de la carretera.
Estaba de espaldas, con los brazos extendidos, usaba una blusa y un pantalón de mezclilla; el cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición y envuelto en bolsas plásticas de color negras. No llevaba identificación ni pertenencias.

Cuando las autoridades se presentaron a la escena, el entonces patólogo forense, Álvaro García Ferrario (actualmente jubilado), de la Sección de Patología Forense, del Departamento de Medicina Legal (DML), del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), pudo detallar que el cuerpo de la femenina tenía un tatuaje en la espalda de un corazón y dentro de este la leyenda “LUISFER”.
En ese momento se pudo confirmar que se trataba de la asistente judicial Mauren Hidalgo Mora de 28 años de edad, que la policía estaba buscando desde hacía tres días, bajo el supuesto de una desaparición.
La llamada misteriosa
La noche del jueves 13 de julio, el entonces Fiscal General de la República, Francisco Dall’Anese Ruíz, recibió una llamada telefónica misteriosa a su casa de habitación y le informaban que el defensor público Luis Fernando Burgo Barboza, había dado muerte a su esposa mediante asfixia mecánica. Luego se daría a conocer que quien realizó el aviso había sido la exjueza Elizabeth Tosi Vega.
Tras recibir esa llamada, Dall’Anese, llamó a la entonces Fiscal Auxiliar de la Unidad Especializada de Apoyo del Ministerio Público, Zulay Rojas Sánchez, quien había sido pareja sentimental y posteriormente muy cercana a matrimonio entre el defensor público y la asistente judicial, para que llamara a Mauren y corroborar que todo estaba bien. Sin embargo, nunca contestó su celular.
De inmediato el Fiscal General convocó a una reunión urgente a los fiscales Bernal Rodríguez, Willy Escalante y Zulay Rojas, así como al entonces jefe de la Sección de Homicidios del Departamento de Investigaciones Criminales (DICR) del OIJ, Manuel Cabezas Pravia, para analizar la línea de investigación a seguir.
“Era aproximadamente las 10:00 de la noche y en los pasillos del OIJ me topo al licenciado Burgo, él se observaba como ofuscado, preocupado e hiperactivo, por lo que le pregunté qué era lo que le pasaba y me manifestó que tenía dos días sin saber de su esposa por lo que iba a interponer una denuncia por su desaparición”, recordó Cabezas Pravia, en el podcast Expediente Cero 43 del OIJ.

Durante la reunión Dall’Anese les comentaba a los presentes la preocupación debido al rumor de que un funcionario judicial había matado a su esposa.
“Yo analicé el acontecimiento minutos antes en el pasillo y les dije que tenía una sospecha de quien podía ser, debido a que Burgos se encontraba en la Oficina de Recepción de Denuncias por la desaparición de su esposa. Esa es una característica que a mí parecer siempre me ha parecido sospechosa”, agregó Cabezas.
A primeras horas de la mañana del viernes 14 de julio del 2006, personal de la Sección de Homicidios efectuó una revisión consensuada por Burgos en la vivienda del matrimonio en Zapote, donde se tomaron algunas fotografías y no se logró encontrar ningún tipo de evidencia. Seguidamente se procedió a decomisar el vehículo color negro del defensor con el fin de que funcionarios de la Sección de Inspecciones Oculares y Recolección de Indicios (SIORI) del DICR, realizaran una inspección minuciosa.
También, en el transcurso del día se procedió a realizar entrevistas y varias diligencias policiales con el fin de encontrar alguna pista sobre el caso.
Del amor y celos
Burgos se casó a los 47 años de edad con la asistente judicial Mauren Gabriela Hidalgo Mora de 27 años de edad el 16 de julio del 2005 en San José. Los 20 años de diferencia que tenían los esposo no impidió que intentaran formar una familia.
Luego de contraer matrimonio empezó a ejercer una serie de actos violentos tanto físicos como psicológicos contra Mauren, los cuales consistían en tener un control excesivo sobre lo que ella hacía; celos enfermizos, agresiones físicas, limitación de contacto con familiares, prohibición de reunirse con amigos, llegando inclusivamente a comprarle un teléfono celular a efectos de tener comunicación directa y permanente con ella, con el fin de tener un control absoluto de saber y estar seguro de lo que hacía y en donde se encontraba.
Mauren, también tuvo que tatuarse en su espalda un corazón con la palabra LUISFER dentro.
Con el pasar del tiempo se fue incrementando la desconfianza de Luis Fernando en la fidelidad de su compañera sentimental, al punto de sospechar que mantenía una relación amorosa extramarital, lo que motivó su decisión de acabar con la vida de su esposa.

Desde finales de junio del 2006 comenzó a visitar a un doctor que le había recomendado su expareja sentimental, Zulay Rojas, con el fin de que le recetara una dosis de quince pastillas de diazepam (medicamento para el tratamiento del insomnio, la agitación, así como de estados de ansiedad asociados a trastornos emocionales o depresión), con el fin de suministrárselas a Mauren para que esta se mantuviera sedada.
El 07 de julio de 2006 se dio a la tarea de buscar a un conocido de apellido Ruíz, un empresario que se dedicaba a la importación y comercialización de autos, para que este le prestara un vehículo en el cual pretendía trasladar el cuerpo de su esposa luego de cometer el acto delictivo. Burgos, unos años atrás había participado en un proceso penal como defensor de Ruíz y un socio.
Cuando llegó a la oficina de Ruiz que se ubicaba en Barrio La California en San José, la secretaria le informó que el señor se encontraba fuera del país y que regresaría hasta dentro de una semana.
Ya los celos de Luis Fernando Burgos eran intolerables. Entre la noche del lunes 10 y la mañana del martes 11 de julio, aprovechó que él y Mauren se encontraban a solas en su vivienda, y al parecer obstruyó con sus manos o con ayuda de algún objeto las vías respiratorias de su esposa, hasta dejarla sin vida en el interior de su casa de habitación; labor que se le facilitó debido a que previamente le había suministrado varias dosis del medicamento sedante, esto para anular la capacidad de resistencia de Mauren.
Desesperado por desaparecer el cuerpo
Una vez que había dado muerte a su esposa, según lo planeado desde días atrás, Luis Fernando Burgos se dio a la tarea de buscar ayuda para deshacerse del cuerpo, para la cual el 11 de julio insistió llamando telefónicamente a la oficina del señor Ruiz.
Ese mismo día en horas de la noche se desplazó a la casa de Zulay Rojas, , donde le confesó haber dado muerte a su esposa, momento en que Rojas con su vasta experiencia en la investigación de homicidios, le indicó que envolviera el cuerpo en plástico para evitar el derrame de fluidos biológicos y que utilizara guantes con el fin de no dejar ningún tipo de rastro que lo pudieran incriminar.

Durante el juicio por el homicidio de Mauren Hidalgo Mora, Zulay dijo: “Él llegó con cara de enojado, yo me encontraba de pie, me dijo que me sentara y yo le dije que no, el insistió dos veces para que me sentara, y entonces me senté en el brazo del sillón, y entonces me dijo: “me jalé una torta con Mauren”, le pregunte si le había pegado y me dijo que era algo más serio, en seguida le pregunté si la mató y él me dijo con un gesto en la boca que sí”.
Al día siguiente (miércoles 12 de julio) a eso de las 11:00 de la mañana se presentó a la oficina de su colega, un abogado de apellido Rosales, quien se encontraba acompañado de otro sujeto de apellido Calderón (Burgos les había servido como defensor en una causa penal), irrumpió en la misma y les informó que había matado a su esposa, por lo que les solicitó ayuda para sacar el cuerpo del interior de la vivienda e introducirlo dentro de algún vehículo para desaparecerlo. Ambos se negaron a colaborarle.
Ese mismo día en horas de la noche - madrugada volvió a contactar a otro conocido suyo de apellido Hütt, a quien convocó por las inmediaciones del Hotel Irazú en la Uruca y le comunicó lo que había hecho, por lo que le solicitó ayuda para desaparecer el cuerpo. Este se negó y en el transcurso del día habría llamado a la exjueza para contarle lo sucedido.
El exjefe policial mencionó durante el podcast: “Burgos en su estado de euforia y confusión pensaba que como él había defendido a estas personas con un resultado positivo de absolutoria, estos le debían un favor y tenían la obligación de ayudarlo a ocultar las pruebas del homicidio”.
Posteriormente, Burgo habría contactado a otra persona que no se logró determinar durante la investigación, y este si habría accedido a ayudarlo, por lo que trasladaron el cuerpo desde la vivienda ubicada en Zapote hasta el sector de Concepción de Atenas, propiamente al lugar conocido como Las Vueltas de Macho Chingo, donde procedió a tirar el cuerpo a un lado de la carretera en un barranco.

Con la finalidad de crear una coartada a su favor, Luis Fernando Burgos, se presentó el 13 de julio en horas de la mañana a la Oficina de Recepción de Denuncias del OIJ, con el fin de denunciar y afirmar de forma falsa la supuesta desaparición de Mauren, alegando que ella se había quedado el día anterior en la casa y que cuando él regresó del trabajo no la había encontrado. En horas de la noche volvió al OIJ para realizar una ampliación en la denuncia donde dijo que su esposa había desaparecido el 11 de julio.
La mosca que delató a Burgos
Aunque el cadáver de Maureen Hidalgo estuvo envuelto en bolsas de jardín por tres días en Zapote, Luis Fernando Burgos no contó con que un alambre de púas rompería el plástico y dejaría expuesta a su víctima.
En esa semana hubo temporal, por lo que las moscas no habían podido poner huevos, y salieron a buscar un lugar donde hacerlo apenas percibieron que la lluvia había cedido, precisamente el día en el que Burgos se deshizo del cuerpo de su esposa.
Durante el podcast Expediente Cero 43, John Vargas Fonseca, jefe de la Sección de Biología Forense del Departamento de Ciencias Forenses del OIJ, y quién participó en las pericias entomológicas del caso detalló: “Ese domingo me llamó mi jefatura para que acudiera a la escena por directriz del Fiscal General. Ya en el lugar recolectamos las larvas del cuerpo, determinamos su longitud y su nivel de desarrollo, luego se analizan las curvas de crecimiento del insecto y posteriormente se saca la conclusión de cuantas horas necesitan esas larvas para llegar a ese punto”.

Cuando Vargas, analizó las larvas de mosca y pudo determinar el momento en el que la mosca había colonizado el cuerpo (14 de julio del 2006). Por su parte, el dictamen elaborado por el patólogo forense el doctor García Ferrario, señaló que Hidalgo había fallecido días antes, el 11 de julio del 2006.
En este caso la pericia entomología brindó una prueba científica que le dio sustento a la hipótesis que tenía la policía judicial sobre cuándo había ido él a dejar el cuerpo, y también dio sentido cronológico al relato de los testigos.
Por su parte, el análisis toxicológico del cuerpo de Mauren Hidalgo Rojas presentaba en sus músculos rastros de diazepam.

Finalmente, el viernes 21 de julio de 2006 en horas de la mañana investigadores de la Sección de Homicidios detuvieron a Burgos afuera de su casa de habitación, como principal sospechoso del homicidio de su esposa.
Luis Fernando Burgos Barboza, fue sentenciado el 25 de setiembre de 2007 a 35 años de prisión por homicidio calificado en perjuicio de Mauren Gabriela Hidalgo Mora. Por su parte, Zulay Rojas Sánchez, recibió la pena de dos años de cárcel con el beneficio de la ejecución total de la pena, por el delito de favorecimiento personal, esto por encubrir a su amigo, a pesar de ser fiscal del Ministerio Público y no denunciar los hechos.
El lunes 06 de octubre de 2008 a las 10:15 de la mañana, Luis Fernando Burgos, fue hallado sin vida en su celda, en el centro penitenciario La Reforma, Alajuela. Se suicido tres semanas después de que la Sala de Casación Penal (Sala III) ratificara su sentencia.
